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jueves, 26 de agosto de 2010

Del Cofre de los Recuerdos: SB XXV

Este post es colaboración de Sagrario Mondragón. (@Sagra_M)

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Hay encuentros deportivos que no se olvidan; aunque pasen los años, aunque la memoria se llene de telarañas, aunque no haya sido un parte aguas en la historia del deporte y aunque nadie más lo recuerde con gran apego. Para mí, uno de esos encuentros sucedió el 27 de enero de 1991: El Super Bowl XXV. En este caso, seguro que Scott Norwood lo tiene MUCHO más presente que yo, pero ya llegaremos a eso.

Minutos antes de empezar el partido, mi papá (amante del deporte y ex jugador de los Frailes) me propuso una “negocio”: me apostaba dos domingos (abono semanal, salario semanal patrocinado por mi progenitor, llámele como quiera) a que Buffalo sería el ganador del Vince Lombardi. Yo le voy a San Francisco, y aunque realmente me importaba poco quien saldría triunfador, lo medité un poco.

Tanto los Gigantes como Buffalo habían tenido una temporada de 13 victorias y 3 derrotas, los primeros con la mejor ofensiva de la liga y los segundos con la mejor defensiva. Jim Kelly comandaba a una máquina de hacer puntos con 53 TDs en la temporada, mientras que los Gigantes apenas habían alcanzado 18 TDs. El factor decisivo para aceptar la apuesta claramente no fueron los números, 50% fue porque decidí que si los Gigantes le habían ganado el Campeonato de la NFC a San Francisco (que además eran los campeones) nadie podría vencerlos y 50% por llevarle la contra a mi padre.

Whitney Houston cantó el himno para dar inicio al partido. El primer cuarto terminó con un empate a 3 puntos y en el segundo cuarto la sonrisa de mi padre se convertía en una de orgullo, de victoria, de “yo siempre tengo la razón” cuando Don Smith (BUF) avanzó 1yrd para anotar el primer touchdown de la noche y pocos minutos después la defensiva de Buffalo conseguía un safety aprovechando que Jeff Hostetler (QB NYG) perdiera el control al tropezarse con Ottis Anderson al sacar la jugada en la yarda 1; el partido se fue al medio tiempo 12 (BUF) – 10 (NYG) gracias a un TD recepción de Stephen Baker (NYG) casi al terminar el cuarto.

La segunda mitad del partido me dio la sonrisita de satisfacción a mí: al final del tercer cuarto los Gigantes tenían la ventaja 17 – 12 cortesía de Ottis Anderson (nombrado MVP del SB). En los primeros segundos del cuarto cuarto, Thurman Thomas puso a Buffalo adelante en el marcador con un TD corriendo 31yrd (19 BUF – 17 NYG). A la mitad de ese cuarto los Gigantes recuperaron la ventaja con un gol de campo de Matt Bahr, pero no todo estaba escrito. Buffalo logró cruzar el campo en menos de dos minutos y faltando poco más de cuatro segundos en el reloj, los Bills enviaron a Scott Norwood a intentar un gol de campo de 47yrds que los haría campeones. Norwood consiguió la longitud deseada, sin embargo, el balón terminó a la derecha del objetivo. Y así, en los últimos segundos, el equipo de Bill Parcell ganaba el segundo Super Bowl de la franquicia.

De 1985 a ese día, Scott Norwood, el individuo que falló en el momento más importante, el que inició la racha de cuatro Super Bowls que los Bills perderían al hilo, el villano de la historia; tenía una eficiencia de 82% entre 30 y 39 yardas, de 62% entre 40 y 49 yardas y aunque había fallado los 6 goles de campo de 50+ yrds que había intentado, tenía las probabilidades a su favor y aún así no lo logró.

Celebré ese Super Bowl casi como si San Francisco se hubiera coronado bicampeón. Grité, sufrí, me emocioné y me volví coach de sillón dando direcciones que nadie podría escuchar hasta el Tampa Stadium en Florida. Ese partido marcó mi historia: esa fue la primera vez que gané una apuesta deportiva, ese día descubrí que me apasionaba el juego más allá de que mi equipo estuviera en la cancha o no, esa fue la primera vez que me di cuenta que amaba el fútbol americano.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tradiciones del Deportes

El día de hoy, en unos minutos de hecho, la selección mexicana se enfrentará a su similar de España en la cancha del Estadio Azteca. El partido y sus circunstancias está ya muy comentado, que si la fecha, que si los jugadores del Barcelona, que si Enrique Meza, que si es una fiesta, en fin, demasiados asteriscos. Aun así, enfrentamos al campeón del mundo, España estrena su trofeo contra el Tri y debemos sentirnos orgullosos de tener un partido de esta envergadura.

La Selección Mexicana le hará el tradicional "Pasillo" a la Furia. (Para quienes no conocen esta tradición, el equipo mexicano saltará al campo primero, y esperará a los españoles haciendo un pasillo humano para recibirlos entre aplausos. Esta tradición es un homenaje que se le hace a los campeones). Debo decir que AMO ESTA TRADICIÓN. Para mi es una muestra de lealtad, de respeto y de Fair Play. Es exaltar el espíritu de la sana competencia y rendirle un homenaje a quien demostró ser el mejor.

Creo que una tradición como esta le da un matiz especial al deporte, y como ésta, existen muchas otras sin las cuales, la pasión no sería igual. El deporte es competencia, es emoción, pero es también un elemento lúdico en el que el disfrute y la camaradería resultan prioritarios. ¿Pueden imaginar un título para cualquier equipo en el que el entrenador no sea "bañado" al final del encuentro? o bien, ¿pueden imaginar un partido internacional de fútbol sin intercambio de camisetas? Yo no, o al menos, no quiero hacerlo... esas tradiciones le dan un aspecto más humano al deporte.

Existen en particular 2 tradiciones que a un servidor le enchinan la piel.

La primera sucede en Inglaterra, concretamente en la ciudad de Liverpool. Cada que el equipo local de fútbol juega, la afición entona a coro el tema "You'll Never Walk Alone" y hasta el más frío de los espectadores rivales siente emoción. Debo decir que yo no soy seguidor del Liverpool en la Liga Premier, pero no puedo dejar de reconocer que escuchar esa interpretación es uno de los momentos más emotivos que se pueden vivir.



La segunda tradición de la que quiero hacer mención se da en el Rugby. El "Haka" es un baile típico de Nueva Zelanda, concretamente ce los "Maori" mediante el cual, se preparaban para la guerra. En el remoto 1884, los "All Black's", como se les conoce al equipo nacional de rugby lo emplearon por primera vez antes de un partido. Desde entonces y hasta nuestros tiempos, en todos y cada uno de los partidos Nueva Zelanda, el Haka ha sido interpretado al inicio como práctica intimidatoria.



martes, 18 de mayo de 2010

...y así surgió el universo

¿Hasta donde puede llegar la pasión por el fútbol? Lean lo siguiente:

En el principio Dios iba a la escuela y se ponía a jugar fútbol con sus amigos hasta que llegaba la hora de irse a sus salones. Aunque Dios sabe muchas cosas, quiere aprender más y hacer cosas nuevas. Un día Dios dijo: "hoy trabajé mucho y es hora de ir a recreo". Dios y sus amigos se pusieron a jugar fútbol y Dios chutó tan duro la pelota que cayó en un rosal y se ponchó. Al explotar la pelota, se creó el universo y todas las cosas que conocemos.

RODRIGO NAVARRO MORALES, 7 años
Instituto Alexander Bain

(Extracto del libro "Dios es Redondo", por Juan Villoro)