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viernes, 10 de septiembre de 2010

Mi corazón es "Vinotinto"

Post colaboración de @Anais_digital, escrito el martes 7 de septiembre de 2010.

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El lunes 06 de septiembre fue un día histórico para el fútbol venezolano: se escuchó el “Gloria al Bravo Pueblo” por apenas segunda vez en una cita mundialista. En esta ocasión, fue el turno de la selección femenina sub-17, que disputa el Mundial de la categoría en las vecinas islas de Trinidad y Tobago, reviviendo la hazaña de la sub-20 masculina el año pasado en Egipto.

Las Vinotintas debutaron con una ceñida victoria por 2-1 ante su par de Nueva Zelanda. La oncena venezolana evidenció algunas debilidades técnicas, pero justificaron la victoria demostrando garra, pundonor y corazón.

Desconozco qué cantidad de venezolanos estaban al tanto de la participación de su país en el torneo. Desconozco qué cantidad está enterada de que Venezuela luchó por un cupo rumbo al Mundial, en el Campeonato Sudamericano sub-17 celebrado en Brasil a principios de año, ante gigantes como Brasil, Argentina, Uruguay y Chile. Yo, personalmente, me reuní con mis amigos a ver el juego y, por fin, alentar a una camiseta con el amarillo, azul y rojo bordado en el pecho. Mi escudo, mi vinotinto, mi país.

Sé que el tema de la Confederación en la que hacen vida las selecciones de fútbol venezolanas está trillado, pero no deja de tener un peso enorme en nuestras aspiraciones, y actuaciones, mundialistas. La ubicación geográfica de Venezuela es envidiable, somos el puerto de entrada a toda Sudámerica, tenemos un clima de trópico espectacular, playas, Andes, Amazonas…todo suena excelente hasta que se habla de fútbol. Estamos rodeados de 9 campeonatos mundiales, logrados por naciones que son auténticas exportadoras de futbolistas profesionales. Y esto únicamente tomando en cuenta la selección masculina de mayores.

Entonces, toma fuerza la creencia de que este factor ha ayudado en nuestra escasa experiencia en campeonatos mundiales. Hasta ahora, se ha tenido una participación muy digna en ambos torneos en los que hemos intervenido, lo que evidencia el fogueo criollo contra muchos de los mejores futbolistas de reconocimiento internacional.

Pero, ¿por qué en su preparación hacia la cita de Trinidad y Tobago, la selección femenina sub-17 no tenía un recinto fijo para entrenar? ¿Por qué la Vinotinto tiene 7 años sin jugar en la capital de Venezuela? ¿Por qué la escasez de fondos, la desidia, la falta de continuidad en los proyectos?

De más está decir que la Federación venezolana de Fútbol deja mucho que desear. De más está decir que es un ente corrupto y podrido. Rafael Esquivel, presidente de la FVF, habrá ejercido este mismo cargo durante 25 largos años al finalizar el período 2009-2013.

En marzo del año pasado se realizó un intento de elecciones en la Federación. Incluso se realizó una campaña, con una plancha opositora que presentó un proyecto de renovación organizacional bastante promisorio. La plancha en cuestión, llamada “Hacia la evolución del fútbol”, proponía enfocar la atención del organismo hacia la verdadera necesidad del fútbol venezolano: el fútbol menor. Como puntos importantes alrededor de este eje central, resaltaron también los entrenadores, los dirigentes, el fútbol femenino y el mercadeo del fútbol profesional, entre otros.

Lamentablemente, debido a supuestas acciones ilegales llevadas a cabo por Esquivel y su gestión, “Hacia la evolución del fútbol” ni siquiera tuvo oportunidad de inscribirse en los comicios. Alegando falta de apoyo de las Federaciones regionales y de los equipos de la primera división del fútbol venezolano a la plancha opositora, Esquivel fue reelecto sin obstáculos.

De más está decir que otros organismos dedicados al deporte en Venezuela, sufren de males parecidos. Empezando por el Ministerio del Deporte. Ahora parece que el tema del color de la camiseta cobra más importancia que los fondos que deben dedicarse a fomentar el deporte en los niños y sacarlos de las calles.

No es que si nos quitan el Vinotinto de la camiseta vamos a dejar de alentar, ya ese color está demasiado arraigado en nuestra venezolanidad y trasciende telas e ideologías. Es que politizar el deporte es indignante y es una de las cosas más bajas a las que puede llegar un ente gubernamental.

Por eso, mañana volveré a reunirme con mis amigos a sufrir, llorar y reír con orgullo por las heroínas de Trinidad y Tobago. Por eso, el domingo en el estadio voy a gritar hasta quedarme sin voz contra una Federación inoperante e inútil, aunque ello signifique no ver a mi querida Vinotinto en Caracas por 7 años más.

sábado, 4 de septiembre de 2010

El Ocho Pichichis: Germán Dehesa

Post colaboración de @Otero_TDN

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Se confesó alguna vez como un niño enfermizo, que caía en las garras de cuanto virus, bacteria o microorganismo se le acercaba. Aquel pequeño Germán, como casi todos los infantes, tuvo el sueño de jugar fútbol y emular a los ídolos de su época, pero entre gripes e infecciones, además de un cuerpo escuálido y napoleónico (por la estatura) las canchas del Instituto México distaron de ser la cuna deportiva del ocho veces Pichichi Germán Dehesa.

En algún momento encontró su vocación, y de las canchas pasó al papel. En lugar de driblar defensas, bailó con la pluma; en vez de emocionar con sus goles, maravilló con su vocabulario; y ante la imposibilidad de levantar una chilena como la de Hugo, arrebató aplausos en un escenario teatral.

Los personajes de su juego bien pudieron haber formado un equipo de fútbol: la potosina, la Hillary, Canito, Colima, Viruta, el Bucles, la Pequeña Carlos y el Huarashington; todos ellos seguramente, como el Charro Negro, habrían sido malísimos, pero tan memorables y divertidos como once Chanfles enfundados en azul y oro. Más malo fue al enumerar sus favoritos en un partido de cualquier deporte, hasta de matatena olímpica: la regla era simple, si Germán le va al blanco, apuéstale al negro.

Describió al Estadio Olímpico Universitario como el más hermoso del mundo y lo argumentó de manera contundente: a ningún aficionado como a los auriazules nos brillan los ojos tanto cuando entra a su feudo. Su carácter de miembro del Patronato del Club Universidad, como uno de los personajes que llegaron a salvar a los Pumas de su época de vacas flacas de los años 90, le otorgó un lugar en el palco de honor, donde unía sus gritos a los de los otros tantos miles. No dudo en reconocerlo como el más grande fanático contemporáneo del equipo cuyo amor compartimos.

Al Ocho Pichichis ya le dieron el silbatazo final. Tal como lo marcaron sus primeros años de vida, una enfermedad le exigió su último aliento. Falleció dormido en un sillón, al lado de sus familiares, sin dolor, como él lo deseaba. Ahora, es momento de ondear los pañuelos blancos, alzar en hombros al héroe y rendirle pleitesía: Germán Dehesa se retira del deporte de la vida como un campeón.

Y por cierto, hoy toca.

jueves, 26 de agosto de 2010

Del Cofre de los Recuerdos: SB XXV

Este post es colaboración de Sagrario Mondragón. (@Sagra_M)

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Hay encuentros deportivos que no se olvidan; aunque pasen los años, aunque la memoria se llene de telarañas, aunque no haya sido un parte aguas en la historia del deporte y aunque nadie más lo recuerde con gran apego. Para mí, uno de esos encuentros sucedió el 27 de enero de 1991: El Super Bowl XXV. En este caso, seguro que Scott Norwood lo tiene MUCHO más presente que yo, pero ya llegaremos a eso.

Minutos antes de empezar el partido, mi papá (amante del deporte y ex jugador de los Frailes) me propuso una “negocio”: me apostaba dos domingos (abono semanal, salario semanal patrocinado por mi progenitor, llámele como quiera) a que Buffalo sería el ganador del Vince Lombardi. Yo le voy a San Francisco, y aunque realmente me importaba poco quien saldría triunfador, lo medité un poco.

Tanto los Gigantes como Buffalo habían tenido una temporada de 13 victorias y 3 derrotas, los primeros con la mejor ofensiva de la liga y los segundos con la mejor defensiva. Jim Kelly comandaba a una máquina de hacer puntos con 53 TDs en la temporada, mientras que los Gigantes apenas habían alcanzado 18 TDs. El factor decisivo para aceptar la apuesta claramente no fueron los números, 50% fue porque decidí que si los Gigantes le habían ganado el Campeonato de la NFC a San Francisco (que además eran los campeones) nadie podría vencerlos y 50% por llevarle la contra a mi padre.

Whitney Houston cantó el himno para dar inicio al partido. El primer cuarto terminó con un empate a 3 puntos y en el segundo cuarto la sonrisa de mi padre se convertía en una de orgullo, de victoria, de “yo siempre tengo la razón” cuando Don Smith (BUF) avanzó 1yrd para anotar el primer touchdown de la noche y pocos minutos después la defensiva de Buffalo conseguía un safety aprovechando que Jeff Hostetler (QB NYG) perdiera el control al tropezarse con Ottis Anderson al sacar la jugada en la yarda 1; el partido se fue al medio tiempo 12 (BUF) – 10 (NYG) gracias a un TD recepción de Stephen Baker (NYG) casi al terminar el cuarto.

La segunda mitad del partido me dio la sonrisita de satisfacción a mí: al final del tercer cuarto los Gigantes tenían la ventaja 17 – 12 cortesía de Ottis Anderson (nombrado MVP del SB). En los primeros segundos del cuarto cuarto, Thurman Thomas puso a Buffalo adelante en el marcador con un TD corriendo 31yrd (19 BUF – 17 NYG). A la mitad de ese cuarto los Gigantes recuperaron la ventaja con un gol de campo de Matt Bahr, pero no todo estaba escrito. Buffalo logró cruzar el campo en menos de dos minutos y faltando poco más de cuatro segundos en el reloj, los Bills enviaron a Scott Norwood a intentar un gol de campo de 47yrds que los haría campeones. Norwood consiguió la longitud deseada, sin embargo, el balón terminó a la derecha del objetivo. Y así, en los últimos segundos, el equipo de Bill Parcell ganaba el segundo Super Bowl de la franquicia.

De 1985 a ese día, Scott Norwood, el individuo que falló en el momento más importante, el que inició la racha de cuatro Super Bowls que los Bills perderían al hilo, el villano de la historia; tenía una eficiencia de 82% entre 30 y 39 yardas, de 62% entre 40 y 49 yardas y aunque había fallado los 6 goles de campo de 50+ yrds que había intentado, tenía las probabilidades a su favor y aún así no lo logró.

Celebré ese Super Bowl casi como si San Francisco se hubiera coronado bicampeón. Grité, sufrí, me emocioné y me volví coach de sillón dando direcciones que nadie podría escuchar hasta el Tampa Stadium en Florida. Ese partido marcó mi historia: esa fue la primera vez que gané una apuesta deportiva, ese día descubrí que me apasionaba el juego más allá de que mi equipo estuviera en la cancha o no, esa fue la primera vez que me di cuenta que amaba el fútbol americano.

jueves, 19 de agosto de 2010

Parkour

Post colaboración de @adriana_terrazas

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Cuando se trata de mostrar tenacidad y fortaleza mental en los deportes, creo que no hay mejor ejemplo que el parkour.

Esta disciplina de origen francés tiene como principal objetivo llegar de un punto A a un punto B superando todos los obstáculos posibles que se encuentren en el camino y usando como herramienta solo tu cuerpo.

Ya que no es un deporte "formal", es decir no está organizado, la difusión del parkour se ha basado en la creación de grupos y asociaciones que se reúnen para aprender, practicar y adentrar a otra personas a esta disciplina.

Los movimientos usados van desde rodadas para amortiguar los brincos, planchas, hasta saltos y el uso del equilibrio.

En realidad lo primero y mas importante que debe aprender un "traceur", o practicante de parkour, es a tener confianza en sí mismo ya que de lo contrario, realizar el trayecto será mucho más difícil y hasta podría ocasionar una lesión.

Los traceurs comentan que el parkour no es solo una actividad física sino que pueden implementar las aptitudes que les enseña en la vida diaria, para solucionar un problema, por ejemplo.

Uno de los grupos de Parkour más grandes y conocidos en la Ciudad de México es Urban Runners, los invito a que visiten su página: www.urbanrunners.net para conocer más sobre el parkour, su origen, movimientos y demás.


Un ejemplo de lo que se puede hacer... (Este video fue visto en el sitio www.aficionados.mx)




... y ellos son "Urban Runners"

martes, 10 de agosto de 2010

La Primera Vez

Esta entrada es colaboración de @anais_digital

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Hoy fue la primera jornada del Torneo Apertura de la primera división del fútbol profesional venezolano. Empezó una nueva temporada, enmarcada dentro de los años 2010 y 2011, empezó la ilusión en torno a una nueva estrella que agregar a canciones, trapos e indumentaria.

La última vez que fui al estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela, casa del Caracas FC, fue el domingo 23 de mayo para presenciar la ida de la final de la temporada pasada, contra el acérrimo rival, el Deportivo Táchira. Casi 25.000 personas me acompañaron en la victoria de Los Rojos de El Ávila por 1-0 sobre el equipo visitante.

Antes de hoy, parecía una eternidad ese regreso a la grada, parecía que la camiseta agarraba polvo en el clóset y que los cantos se quedaban olvidados en la garganta.

Pero, después de hoy, toda la espera tuvo sentido. Al entrar al estadio y escuchar el sonido característico del juego, de la gente, de los vendedores ambulantes, de la hinchada…se sintió como si fuese la primera vez. Las primeras veces, cuando pueden recordarse, suelen estar relacionadas con números y con sensaciones indescriptibles.

Así como la primera vez que me sentí identificada con la camiseta Vinotinto. Transcurría el año de 1997, yo tenía 11 años y el Sudamericano de Baloncesto se celebrara en el gimnasio Pedro Elías Belisario Aponte de la ciudad de Maracaibo, Venezuela. Se jugaba la final contra Uruguay, la temperatura dentro del recinto superaba los 40 grados con una humedad que rozaba en lo inhumano y aún así 5.000 personas comunes y corrientes nos convertimos en el sexto jugador de aquella selección que muy dignamente se llevó la plata del torneo. Indescriptible.

Ese mismo año y en la misma ciudad, fue la primera vez que pisé el engramado de un estadio de fútbol. Como parte de un torneo intercolegial, nos llevaron al José Encarnación “Pachencho” Romero, para la época, el más grande de Venezuela. Su imponente estructura de concreto, que albergaba a unas 35.000 personas, es capaz de quitarte el habla si lo observas completamente vacío. Ahora, observarlo lleno y bañado de Vinotinto…otra historia. Indescriptible.

La primera vez que vi al Caracas FC era una universitaria de 18 años que, por curiosidad, fue al estadio Brígido Iriarte. Era la antigua sede del club, muy discreto y pequeño, incluso más que el Olímpico. El rival era el Unión Atlético Maracaibo y la barra estaba compuesta por unos 300 hinchas que hacían gala de un muy variado repertorio de cánticos. Hoy en día, 6 años después, la barra se hizo grande para el Brígido y los cantos perduran durante los 90 minutos de juego. Indescriptible.

Lo más increíble es que lo único que se necesita para tener un vívido recuerdo de una primera vez, un recuerdo lleno de números y de sensaciones indescriptibles, es ir al estadio. Sencillo. Así que siéntanse libres de ir. Y cuando lo hagan, tomen nota visual de todo, emociónense, canten el himno desde el alma, identifíquense con una camiseta. Formen parte de algo que en este momento evoluciona sin parar. Construyan anécdotas que valga la pena contar en un post como este y que inspire a otros a crear sus propios e invaluables recuerdos.


lunes, 9 de agosto de 2010

1880 – 1890: Playball! Los inicios del Béisbol


Este artículo es colaboración de @GoMonroy


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Una vez establecida la Asociación Nacional de BaseBall (ANB) en 1871, con 25 clubes (o 26 si se cuentan dos equipos de Chicago), vino una etapa de reestructuración en la liga, pues varios clubes desaparecían o se fusionaban para tratar de competir con las Medias Rojas de Boston, que fue el equipo dominante al ganar el pentacampeonato de 1871 a 1875.



Otros factores, menos elegantes pero igual de amenazantes, como las apuestas ilegales y la inestabilidad financiera de algunas ciudades y clubes forzaron la desaparición de varios equipos.



Finalmente, ya para 1876, la ANB desaparece formalmente para darle paso a la Liga Nacional, que sería la precursora de las Ligas Mayores de Baseball (la MLB actual), al arrancar con 10 equipos:



1.
Baltimore Orioles

2. Louisville Colonels

3. Washington Senators

4. Philadelphia Athletics

5. Hartford Dark Blues

6. St. Louis Brown Stockings

7. Cleveland Spiders

8. Louisville Grays

9. Cincinnati Reds

10. New York Mutuals



Como se puede apreciar, el béisbol era principalmente jugado de forma organizada en la Costa Este de los Estados Unidos llegando hasta St. Louis, Missouri y Louisville, Kentucky. Esta característica no era ninguna coincidencia, pues el único medio de transporte viable para la época era el tren.



Ya iniciadas las hostilidades en el terreno de juego, empiezan a aparecer los primeros ídolos como el inigualable John McGraw, tercera base de los Orioles de Baltimore, que en tan solo 113 juegos alcanzaba un average
de .391 con un increíble porcentaje de embasado de ¡.545!, que después se volvería inmortal como manager. Otros grandes jugadores fueron Fred Clarke y un joven Honus Wagner, jardinero y tercera base respectivamente, de los Coroneles de Louisville. Clarke fue el primer pelotero en rebasar la barrera de los 200 hits en la naciente historia del béisbol, mientras que los registros indican que Wagner empezaba a despuntar por la fuerza descomunal de sus batazos.



Sin embargo, la primera gran superestrella del béisbol sería Adrian “Cap” Anson, primera base de las Medias Blancas de Chicago. Anson, fue el primer jugador en llegar a los 3,000 hits, el primero en batear 3 cuadrangulares en un mismo juego, el primero en volarse 5 veces la barda en dos juegos consecutivos, y el primero en batear 4 dobles en un mismo juego. Si no fuera suficiente, Anson fue el primero en completar dos doble-plays sin asistencia en un mismo juego. Se cuenta que sus reflejos eran tan rápidos que jamás fue golpeado por un lanzamiento.



Anson ganó 4 títulos de bateo –en dos ocasiones con marcas por arriba de los .400 y una con un intolerable .399– y guió a los patipálidos a campeonatos en 1880, 1881, 1882, 1885 y 1886 en su calidad de jugador-manager.



Entre sus muchas aventuras, se le puede atribuir a Anson, la invención –informal, por supuesto– de los entrenamientos de primavera, al llevar a sus muchachos en 1886 a las cálidas tierras de Hot Springs, Arkansas para “reposar” sus cuerpos después de los duros inviernos de Chicago y poder beber cervezas como héroes y leyendas que eran.



Sin embargo, el béisbol organizado estaba todavía lejos de una consolidación que le permitiera crecer. Ya para acabar la década de 1870’s y principios de 1880’s, equipos como los Coroneles de Louisville –uno de los equipos más populares de la época– oscilaban entre la Liga Nacional y la naciente Asociación Americana de BaseBall, así como nuevos equipos se incorporaban a las ligas organizadas de béisbol, como las Medias Blancas de Chicago, los Lobos de Detroit –precursores de los actuales Tigres de Detroit–, los Alleghenys de Pittsburgh –que después serían los famosos Piratas– y los Gigantes de Nueva York.



El sello distintivo de ese tiempo, sin duda alguna, fue el pitcheo. Pitchers como John Clarkson de las Medias Blancas de Chicago, Ed Morris de los Alleghenys de Pittsburgh, Silver King de los Cafés de San Luis, entre otros, completaban faenas de más de 700 innings por temporada. Era una época donde los pitchers lanzaban en forma consecutiva, o si tenían a otro compañero talentoso, cada dos días. Además, en aquél tiempo era una ofensa mayor para el pitcher abridor que fuera relevado de la lomita. La expectativa era, salvo que fuese una catástrofe, que el pitcher que había empezado el juego tenía que terminarlo.



Uno de los grandes titanes de antaño fue John Clarkson. Clarkson, Salón de la Fama, es el pitcher con dos de los más impresionantes récords del béisbol: más innings lanzados en una temporada al igual que el de más victorias en una sola temporada. Su famosa línea de 1885, para las Medias Blancas de Chicago, reza así: 902 IPs, 53 W – 16 L, 1.85 ERA, 0.95 WHIP, 68 CG, 10 SHO.



Clarkson, además de ser un brillante pitcher que supo incorporar una devastadora curva de 12 a 6 cuando su descomunal bola rápida dejó de funcionar, sin duda también fue de esos personajes peliculares del béisbol. En alguna ocasión, un umpire cerca de suspender el juego por la oscuridad de la noche fue retado por Clarkson a que lo continuará, pues en su opinión todavía había suficiente claridad para poder jugar. Entonces, para demostrarlo al umpire, Clarkson le lanzó un limón –si, un LIMÓN– al bateador. Cuando el ampáyer pudo clasificarlo como strike y el cátcher logro mostrar el pedazo de cítrico intacto, el juego fue reanudado.



Historias peculiares, a veces absurdas y que desafían al sentido común, son la sal y la pimienta del juego que todos amamos.

lunes, 2 de agosto de 2010

1840-1880 La Vida Antes del Béisbol

Este post es una colaboración de Gonzalo Monroy (@GoMonroy)
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Originalmente, durante la creación del Salón de la Fama en 1936-1939, la creencia reinante en la época era que el béisbol había sido inventando por Abner Doubleday (1819 – 1893), un héroe de la guerra civil norteamericana. Sin embargo, durante los preparativos para la inauguración, los miembros del comité organizador fueron informados de pruebas irrefutables que constataban sobre un desconocido, de nombre Alexander Joy Cartwright Jr., quien era el verdadero padre del béisbol como lo conocemos.

Ciertamente, el deporte tiene orígenes mucho más antiguos, pues comparte una base común de reglas y de nociones con el juego inglés de Rounders, que data desde el reinado de los Tudors en Inglaterra. El juego de Rounders consistía en que un equipo de 9 jugadores anotaba puntos al haber logrado correr consecutivamente 4 bases. Sin embargo, según las reglas de ese juego, los corredores eran eliminados –o puestos out– al ser tocados con una pelota lanzada, al estilo del popular juego de Quemados.

Sin embargo, la versión moderna del béisbol que conocemos, incluyendo conceptos nuevos como el terreno de foul y los límites del campo pueden atribuirse a Cartwright. Este descendiente de navegantes ingleses formó parte de un grupo de jóvenes en 1842, a la edad de 22 años, que participaba en un juego de “base ball” –todavía el estilo inglés de Rounders– en la calle 27, donde actualmente reside el majestuoso Madison Square Garden.

En plena expansión de la naciente metrópoli, estos entusiastas jóvenes trasladaron su juego a la avenida Lexington y la calle 34, donde después de 3 años de juego informal y casual, formarían el primer equipo reconocido de béisbol, los Knickerbockers, en 1845.

De notas recabadas y preservadas, se pudo apreciar que durante 1846, Cartwright creó, ajustó, modificó y en algunos casos eliminó varias reglas de Rounders para crear las bases del béisbol moderno, como aquella regla de cómo poner out a un corredor. Asimismo, delimitó el terreno al establecer las líneas de foul y estableció que se jugaran 9 entradas por juego por cada bando, entre otras especificaciones.

Después de varios meses de práctica, los Knickerbockers publicaron un anuncio en los diarios locales y con panfletos en la calle informando que estaban dispuestos a enfrentar a cualquier equipo bajo el esquema de las nuevas reglas. Ya desde aquel entonces, la arrogancia neoyorkina era el emblema de la casa. En esa ocasión, el 19 de junio de 1846, jugaron contra los Nueve de Nueva York, en lo que se conoce como el primer juego oficial de béisbol. A pesar de ser el jugador más habilidoso de los Knickerbockers, Cartwright se dedicó a ser el umpire del juego y entre sus muchas decisiones, impuso la primer multa de la historia del deporte: 60 centavos por maldecir en público. Multa que se pago ahí mismo, en ese momento, para continuar el juego.

El resultado, quizá lo de menos, fue sorpresivo, pues los Knickerbockers fueron aplastados en su propio juego y con sus nuevas reglas, 23 a 1, contra un grupo de improvisados desconocidos.

Derivado de los descubrimientos de oro en California, Cartwright y su grupo de amigos decidieron emprender el viaje de Nueva York hacia la tierra prometida. El viaje, que no debía durar más de 5 o 6 días en tren, en realidad se convirtió en una aventura de más de 42 días. ¿Porqué? Por las frecuentes escalas que hacían los muchachos de Cartwright para mostrar su nuevo juego en toda la Unión Americana.

Mientras tanto, en Nueva York, el juego se había popularizado a gran velocidad, hasta llegar a tener 25 clubes organizados bajo la Asociación Nacional de BaseBall, la cual ayudo a estandarizar las reglas creadas por Cartwright.

Finalmente, para 1869, se crea el primer equipo profesional de béisbol, con 10 jugadores pagados y reclutamiento de jugadores por toda la Unión Americana, las Medias Rojas de Cincinnati (por cierto, fueron los precursores del nombre de las Medias Rojas de Boston) , equipo que duró más de un año invicto desde su creación.

Como curiosidad, el presidente y fundador de las Medias Rojas de Cincinnati, así como 3 jugadores estrellas fueron la base para la creación de las Medias Rojas de Boston en su primer juego profesional en 1871.


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1880 – 1890: Playball! Los inicios del Beisbol

miércoles, 28 de julio de 2010

A dos años...

Este post es colaboración de Adriana Terrazas. (@AdrianaTerrazas)

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Hoy el tema más hablado es la falta de un proyecto de cuatro años en la selección mexicana.

Hoy faltan no cuatro, sino dos años para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Ayer, México rebasó las cien medallas de oro en Juegos Centroamericanos.


Si nos preocupamos por la falta de un proyecto para el mundial en cuatro años ¿qué reacción deberíamos tener a dos años de un evento que reúne a atletas no de una, sino de docenas de disciplinas?

Es cierto que el fútbol es el pan nuestro de cada día para los mexicanos pero a pesar del poco apoyo y limitada cobertura, son otros deportes los que le han logrado más méritos para el país.

¿Dónde estabas cuando Ana Guevara ganó la medalla de plata en los 400 metros planos?

¿Cómo describirías la tensión cuando la pelea de Memo Pérez terminó con decisión de los jueces?

¿Recuerdas la descalificación de Bernardo Segura luego de haber logrado una medalla de oro?

¿No crees que se olvida muy rápidamente que Paola Espinosa no sólo es medallista olímpica sino también campeona mundial?

¿Supiste de los problemas de vuelo que tuvieron los atletas para viajar a Mayagüez?

¿Recuerdas cuando no se les entregaron uniformes o cuando estos se mostraban despintados a la primera lavada o de plano no eran las tallas correctas?


¿Todavía crees que es justo preocuparnos mas por la falta de un proyecto para el mundial de fútbol?

¿Qué podemos pensar de todos aquellos atletas que podrían lograr aún mejores resultados con más apoyo?


Cada vez creo más que el problema del deporte mexicano no sólo se refleja en el mal manejo del soccer sino en la falta de organización y consciencia de una cultura deportiva por parte de nuestros dirigentes.

¿Tu que opinas?

Omar Vizquel. ¿De Caracas a Cooperstown?

Este post es una colaboración de Anais Morales, (@Anais_digital)

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Aprovechando que el 25 de Julio pasado se cumplieron 443 años de la fundación de la hermosa ciudad de Caracas, me gustaría escribir acerca de uno de los atletas más ilustres que ha nacido entre sus montañas y que últimamente se ha acostumbrado, tanto a romper récords, como a generar polémicas alrededor de su prolífica carrera.

Siguiendo la tradición de “Chico” Carrasquel, Luis Aparicio, David Concepción y Oswaldo Guillén, otros Campo Cortos de gran renombre y prestigio nacidos en Venezuela, el caraqueño Omar Vizquel se estrenó en la gran carpa en el año de 1989 y continúa jugando hasta el día de hoy. Con una trayectoria tan sobresaliente, sólo era cuestión de tiempo para que surgiera la gran interrogante: ¿Merece un lugar en Cooperstown, junto a Luis Aparicio, único criollo en recibir tal distinción en la quinta ocasión en la que fue elegible? ¿O correrá la misma suerte del “Rey” David, quien después de aparecer en las boletas el tiempo reglamentario, ve como única opción para entrar al Salón de la Fama al Comité de Veteranos?

Aquí, no solamente en Caracas, sino en toda Venezuela, somos bastante optimistas. Y por razones obvias.

Hasta el momento, según estadísticas de la MLB, un minúsculo porcentaje del 1% representa la cantidad de peloteros que han sido exaltados al Salón de la Fama. Uno solo de ellos es venezolano. Dejando volar la imaginación, hasta los brazos se erizan. Pero más allá del patriotismo hay que evaluar los hechos.

Usualmente deslumbrando por su magnífica defensa, Omar, ganador de 11 Guantes de Oro repartidos entre la Liga Nacional y la Liga Americana, se ha convertido en el mentor de jóvenes promesas del diamante, como el también venezolano Elvis Andrus. Sus habilidades con el guante le otorgaron el récord de mayor cantidad de doble matanzas realizadas y su disciplina, dentro y fuera del campo de juego, le han permitido ser el Short Stop con mayor cantidad de apariciones en esta posición.

Por estos y otro gran número de méritos, su fuerte a la hora de afrontar a la Asociación de Cronistas del Beisbol de Estados Unidos, siempre ha sido la defensiva. Pero gracias a una productiva carrera de más de 20 años y a su perseverancia, la semana pasada logró ubicarse en la casilla 50 de todos los tiempos en cuanto a la cantidad de hits conectados. Está muy cerca de las 400 bases robadas y ya sobrepasa las 1400 carreras anotadas. Ahora, Omar ha cosechado méritos ofensivos que complementan su carta de presentación rumbo a Cooperstown.

Sin embargo, en otras tierras en las que pueden ser más objetivos que en esta, los detractores de Vizquel están a la orden del día.

Al haber jugado la mayor parte de su carrera en un béisbol obsesionado con el batazo de vuelta completa, en teoría Omar no recibió tantos roletazos como Ozzie Smith y Luis Aparicio, ambos instalados en el recinto de los inmortales en Nueva York. A menor cantidad de batazos dentro del cuadro, obviamente los números defensivos no son tan redondos como los de sus pares.

Muchos alegan que el porcentaje de fildeo, estandarte de Vizquel a través de los años, no es una estadística confiable, ya que únicamente toma en cuenta la cantidad de pelotas que puso out el jugador, sin tomar en cuenta el alcance que cubrió para alcanzarlas o las que no pudo fildear y aún así no fueron consideradas como error.

Sumado a esto, las estadísticas dedicadas a la defensa han sido perfeccionadas durante los últimos años y están en franco proceso de evolución. Apareció el Ultimate Zone Rating (UZR), una estadística alimentada por la tecnología y de difícil digestión para el fanático común, y el plus/minus, similar al UZR, pero creada por otro analista inconforme con el tratamiento de los números defensivos en las Grandes Ligas.

A pesar de todo, como venezolana y amante del béisbol, no me cabe la menor duda de que Omar Vizquel pertenece en el Salón de la Fama. Pero es únicamente mi humilde opinión.

Si tuviese la posibilidad de votar cuando Omar fuese elegible, tomara en cuenta que de los 49 peloteros con más hits que el caraqueño y que ya han visto su nombre incluido en las boletas, solamente dos no tienen un puesto en Cooperstown. Tomara en cuenta la integridad de un pelotero que nunca ha visto su nombre relacionado al escándalo de los esteroides.

Y sobre todo, y para cerrar con un toque de humor extraído de Twitter, tomara en cuenta que las estadísticas en el béisbol son como los bikinis…muestran mucho, pero no todo.

martes, 27 de julio de 2010

¿Nueva Política? ¿Nuevo Madrid?

Este post es colaboración de nuestro amigo Jorge Riera (@jorgeriera28)
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Termino La Liga, termino el Mundial... toca hablar de clubes.


En Barcelona nunca hay necesidades extraordinarias de jugadores. Tienen un conjunto armado y siempre en verano hacen 2 o 3 fichajes para retocar. De resto, nada del otro mundo, no esperan fichar un jugador que les haga ganar una Champions League. Por ahi Keita dijo "necesitamos fichar un mediocampista defensivo".. de resto.. nada del otro mundo.

En Chamartín es todo lo contrario. Siempre hay la necesidad de comprar jugadores para poder crear un equipo competitivo que puede darles la tan ansiada 10ma copa europea y otra Liga. Siempre se revisa el mercado (incluso los jugadores que no están en venta) para ver que se pude traer para mejorar lo que ya hay.

El año pasado fue el desembolso más grande. Con Cristiano y Kaká como abanderados de proyecto de la segunda etapa de Florentino Pérez en la presidencia del Real Madrid. De poco sirvió porque ningún titulo se consiguió. Sin embargo, siempre, desde el mismo Santiago Bernabeu, y más bajo los mandatos de Florentino, la política del Real Madrid ha sido fichar a los mejores del Mundo, por eso en su momento si fichó a Zidane, Ronaldo, Beckham... y el resto de galácticos.

Este año, las cosas han sido un poco diferentes, un poco más "austeras". Quizás por fin al Madrid le pegó la recesión que se vive en toda Europa, en especial en España.

El cambio comenzó cuando se le dijo a Manuel Pellegrini: "No nos sirves para el próximo proyecto". Un técnico callado, nada mediático y todo un caballero. A lo Del Bosque podríamos decir. Ambos, perfiles de técnicos que no "sirven" en Madrid, no cuadra con su política. Se prefirió traer a José Mourinho. La antítesis del DT chileno. Un personaje que le gusta hablar, que no se muerde la lengua, que donde entrene todo se hace a su manera, donde llega toma el mando deportivo total del club y prefiere que la presión recaiga sobre él, antes que sus jugadores. Y lo más importante: un ganador. En su palmarés cuenta con un triplete (con el Inter), otra Copa de Europa con un modesto Oporto y varias Premier con el Chelsea. ¿El reto que le faltaba? ganarlo todo en España.

Algo que necesitaba el Madrid. Debido a que reconocido por el propio Pellegrini "no tenía ni voz ni voto en el Madrid", le "vendieron jugadores con los que contaba". Por eso llego Mou: para darle vuelta primero a la sequía de títulos en Madrid y segundo para acomodar de una vez por todas el aspecto deportivo. Que sea el entrenador el que fiche o venda, no el presidente.

Ahí comenzó este "nuevo" Real Madrid. Con una política de fichajes muy conservadora comparada con años anteriores. Trayendo a jugadores, jóvenes, promesas y de bajo costo. Llámese Pedro León (dicen, no me consta, que será el próximo Jesús Navas, y lo han comparado con el propio Míchel). Llegando Di María (crack argentino que despuntó en los juegos olímpicos y mundiales de categorías) que junto con León reforzarán uno de los problemas del Real el año pasado: Las bandas.

Llego Canales. Un joven español, con un futuro prometedor. Sería el sustituto natural de Kaká. Así se esperan mas fichajes de este tipo: jóvenes, con proyección y cubriendo las necesidades verdaderas del equipo.

miércoles, 21 de julio de 2010

Anaís Morales se presenta.

Vivo en Caracas. Es la capital y la ciudad más grande de Venezuela, un pequeño país suramericano de unos 30 millones de habitantes que tienen una diversidad cultural, gastronómica y social que impresiona a cualquiera. La idiosincrasia del venezolano sólo puede ser entendida e interpretada por otro venezolano, más allá de todo lo que tenemos en común con el resto de nuestros coterráneos de América.

Tuve la suerte de crecer en un hogar que cultivó mi inclinación por los deportes. Mi abuelo paterno trajo de España la pasión por el fútbol y mi tío materno hizo lo propio, desde Caracas, con el béisbol. Nunca sentí la disyuntiva de escoger entre uno y otro, sino más bien de adoptar lo mejor que cada uno tenía para ofrecer.

Mi tío solía viajar a Valencia, otra ciudad importante de Venezuela (a unas dos horas de Caracas), únicamente para disfrutar de la novena de sus amores: los Navegantes del Magallanes. El equipo de béisbol más antiguo de Venezuela, que vio como era trasladada su localía de Caracas a Valencia en el año de 1969, al ser adquirido por unos comerciantes valencianos.

El fanatismo, la ida y vuelta en autobús durante la liga invernal a pesar de trabajar al siguiente día, el radio narrándonos los juegos, las lágrimas por los malos resultados…y por los buenos también, no me dejaron otra opción: heredé un legado que alimenté y sigo alimentando con el paso de los años.

El caso de mi abuelo es distinto. Europeo al fin, jugó y vivió por el fútbol hasta que cumplió 50 años, militando en equipos amateurs de la ciudad, mientras que mi papá, con más de 50, sigue jugando y desafiando las limitaciones propias de la edad y de las lesiones recurrentes. Más bien, sigue desafiando su propia terquedad.

Pero como buenos caribeños, en esta tierra amamos el béisbol. Lo hemos adoptado como deporte nacional y respiramos y hablamos “pelota”. Todos conocen lo que es estar en 3 y 2, botarla de jonrón o estar “ponchao” y un juego entre los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes, eternos rivales, paraliza al país en mayor medida que la larguísima temporada de la Major League Baseball o que la transmisión del Miss Venezuela. Es más, somos conocidos por exportar tantas reinas de belleza como peloteros de grandes ligas.

Por el contrario, carecemos de cultura de fútbol. El deporte está regulado por una federación desastrosa y corrupta, casi no funcionan escuelas de fútbol menor, nuestras categorías profesionales están en pañales y existe una gravísima falta de identidad hacia la camiseta y el talento nacionales. Estos factores se combinan en un aparentemente eterno círculo vicioso que nos ha alejado de las altas esferas del fútbol mundial.

Gracias a la marcada influencia futbolera en mi vida, a lo incipiente de la primera división venezolana (que obtuvo categoría de profesional en 1957) y al desconocimiento general del que mi familia tampoco escapa, tuve la oportunidad de adoptar un equipo. Con muchas ganas de romper el círculo y aportar todo lo que esté a mi alcance para lograrlo, decidí inclinar la balanza por uno que me permitiera visitar el estadio tanto como fuera posible, al mismo tiempo que representaba mi gentilicio. No falté a ningún partido de local del Caracas FC y mi temporada de consagración fue inolvidable.

Es una experiencia que recomiendo a cada venezolano que lea estas palabras. El fanático de fútbol es totalmente distinto, la sensación de alentar hasta que la garganta no de más es incomparable y el sentido de pertenencia que ofrece gritar un cántico junto con miles de aficionados de tu equipo, no tiene precio.

Por eso y por otras miles de razones, hagan de esas sensaciones algo suyo y algo cotidiano. Adopten la camiseta de algún equipo de la primera división de fútbol venezolano. Aborden ese autobús aunque haya que trabajar al día siguiente y, más importante, dejen un legado que sus hijos puedan heredar y alimentar con el pasar de los años. Vístanse de fútbol nacional para el día de mañana poder vestirse de vinotinto.

viernes, 16 de julio de 2010

Convocatoria: Los 100 momentos del deporte.

En una plática vía twitter, surgió la idea de conformar una lista de los 100 momentos más memorables en la historia del deporte. Cualquier evento que recordemos podrá ser incluido. No importa si es positivo, negativo, una hazaña o una trampa, el único criterio que emplearemos es que sea estrictamente deportivo y que esté presente en la memoria de los aficionados.

Para lograr este objetivo, durante 1 semana estaré invitándolos para que manden sus propuestas. Podrá ser vía twitter, por comentario en este blog, en mi página de facebook o por correo electrónico (deheroesyleyendas@gmail.com)

Pasada esa semana cerraré la entrega de propuestas y seleccionare los momentos que más menciones hayan recibido para una semana después publicar la lista final.

Para facilitar la búsqueda de la información, les pido que en twitter se use el hashtag #HYL_lista.

Todos los que participen en esta dinámica serán mencionados y citados en la entrega final.

Espero su cooperación!

jueves, 15 de julio de 2010

El Síndrome del Jamaicón

Este post es colaboración de @otero_tdn Sigan su blog! Es muy interesante.

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Suecia 1958 pasó a la historia por el surgimiento del más grande futbolista de todos los tiempos. En esos rincones tan lejanos, más cerca del Círculo Polar Ártico que de una playa tropical, surgió un chico de 17 años al que le apodaban Pelé, entre una pléyade de estrellas brasileñas que otrora fueron niños hambrientos de una favela en el mejor de los casos o pacientes de poliomielitis. ¿Les suena el nombre Garrincha? Grábenselo tantito...

Dentro de lo deportivo, en Suecia después de 28 años de continuas e ininterrumpidas frustraciones, México obtuvo su primer punto en Copas Mundiales con un empate ante Gales. Pero lejos de la cancha se formó una de esas leyendas nacionales que nos llenan de orgullo no por paladear el sabor de la victoria, sino por poder presumirle al mundo nuestro humor ácido y sarcástico. Único.

Se trata de una enfermedad que, como la influenza A H1N1, fue propagada por mexicanos a todos los rincones del mundo. ¿Contagiosa? Puede ser. ¿Mortal? Sólo si no se detecta a tiempo. Es el temido Síndrome del Jamaicón.

Verán, en esas épocas no se estilaba el acto de llevar a uno o dos jugadores de sobra los días previos al Mundial para darle al final las gracias y decirle "suerte para la próxima (dentro de 4 años)". De hecho eran los mismos jugadores los que se recortaban solitos, y no de una manera literal, sino metafórica. Tal fue el caso de José "Jamaicón" Villegas.

Cuentan que incluso el mismísimo Garrincha, el más grande ejemplo del zurdo que salió del otro lado del espejo que ilustró Eduardo Galeano, pudo driblar a la polio pero no al "Jamaicón". Ese compadre era uno de esos defensas que no te querías encontrar en la cancha. Fue junto con Juan Jasso el único jugador de aquella época del Campeonísimo que ganó todos y cada uno de los 8 títulos de las Chivas.

Pero si bien el mejor extremo izquierdo de la historia no pudo con Villegas, el talón de aquiles de este tozudo zaguero no estaba en la cancha, sino en un plato.

Hay dos grandes anécdotas sobre el "Jamaicón", la primera y más emblemática ocurrió precisamente antes del Mundial de Suecia. En Lisboa, Portugal, se ofreció una cena en honor del equipo mexicano. Villegas la abandonó y se le encontró melancólico en los jardines del hotel. Cuando se le preguntó por qué no regresaba, respondió: "cómo voy a cenar si tienen preparada una cena de rotos. Yo lo que quiero son mis chalupas, unos buenos sopes y no esas porquerías que ni de México son".

Durante el torneo, el "Jamaicón" fue titular en el juego inaugural ante Suecia, donde México se llevó un misericorde 3-0 en contra. En los juegos posteriores ante Gales (1-1) y Hungría (0-4) fue relegado a la banca. ¿Mal desempeño en el primer partido? Ahí les va otra.

Antes del Mundial siguiente, el de Chile 1962, la Selección Mexicana, con Villegas incluído y ya consagrado en aquellas Chivas de época, hizo una gira por Europa. En Wembley, el Tri fue masacrado 8-0 por Inglaterra y nuestro célebre "Jamaicón" no pudo detener en todo el partido a los atacantes británicos. Y no nos engañemos, México no era ya taaan mal equipo, dos años antes le había ganado a los mismos ingleses en el DF. Pero cuando se le preguntó el por qué de su mal desempeño, le dijo a un reportero que extrañaba a su mamacita, que llevaba días sin tomarse una birria y que la vida no era vida si no estaba en su tierra. Así.

Al "Jamaicón" nadie lo podía burlar... Mientras estuviera en su tierra, cerca de un buen plato de chalupas, unos sopes y una birria.